Ese calor de un abrazo desprevenido
la sonrisa del silencio en una mirada cariñosa
las manos apretadas que te llenan la piel
con el sonido de las palabras más amorosa.
Suspirar la seguridad del sentir comprendido,
cerrar los ojos dejando que alguien lo diga
todo
cada gesto que necesitas en el instante justo,
descansar la brega de que debas hacer algo,
Sumergirse en lo más dulce de ese
acercamiento.
Que todo siga su rumbo en la nostalgia propia,
que solo seas tú quien se derrita en
melancolía,
mirar de nuevo que a tu lado sigue igual cada
cosa.
Autor: Rayluz Nena Puma.
Venezuela, Edo. Anzoátegui.
Tigrito.
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