LA SOMBRA DE LA LUZ

LA SOMBRA
DE LA LUZ.

Hoy vi la oscuridad
espantosa que te enfría
el alma con una inquietud
que oculta los gritos,
desesperados de los que en
ella habita.

Hoy vi, también la luz alejarse
quieta e infinita, esa que te
Calienta hasta evaporarse,
entibiándote los huesos de
la piel desnuda, que alumbra
en sus reflejos, al posar en ellos
en esas horas de medianoche
que malditas por la voz aquella,
que un día se detuvo a lo lejos.
Allí donde el pensamiento,
teme salir de las emociones,
que te erizan en la profundidad
de la lógica razón.

Allí, olí tu olor separado de lo
divino, que debajo de los odios
Íntimos en el color mas sagrado,
donde con ojos cerrados, miraba
más que si los tuviera desorbitados,
no miraba en lo físico, miraba
desde adentro, porque la maldad
seguía a mi lado respirándome,
en los poros, corriendo como
corre el perfume en el viento;
caminando sobre surcos llenos
de gusanos, culebras, moscas
tragándome miles de insectos,
arropándome infinidades de
arañas, volando mis pies,
a donde sacudirme, ese tormento
espacios interminables recorrí,
donde yacían toda clase de cuerpos,
tirados por doquier sin vida,
Solo carne putrefacta de muertos;
Ojos suplicantes con vida en algún
momento….

Allí en la quietud de las sombras,
florecían como en un perdido huerto.
Allí cante canciones que aprendí,
en miles de cuentos, clame oraciones
escritas y que hasta ahora me invento,
Sensaciones que caían como columnas
Sobre mi mente, mi espíritu, mi cuerpo,
Dios mismo envestido de blanco, estaba
esperando salvarme en mi desencuentro.

Oh¡ que oscuridad interminable es esa,
que descubrí en la soledad de mis fueros,
allí donde unos brazos sostenían mis
sueños, empapados de temores, descubrí
que en las sombrías pesadillas reales,
allí despertaba enternecida de te quieros,
el amor me sostenía, por un lado y por
otro Dios santo pendía, con esa su cruz
protegiéndome de mis miedos.

Hoy vi la belleza de la luz en su fealdad
Desde lo mas profundo de los adentros.
Hoy vi la oscuridad infinita, vencida
por la luz que brilla sagrada, bendita
desde los peores tiempos de suspensos

Autora;Rayluz Nena Puma