Que en la lejanía de recuerdos,
Don del tiempo pasaba tranquilo,
Alumbrando el sentimiento.
Calles deshabitadas silenciosas,
Entre ellas se divisaban ,risas,
De los transeúntes olvidadas,
En el palmo de una sonrisa.
El umbral de los postes,
Con sus bombillos quemados,
Por el tiempo que no pasa,
Escapándose entre las manos.
Somnolientos los poemas,
Destilaron con polvo viejo,
Humaredas color
grisáceas.,
Suspiraron fuerte en el viento.
Yacía sentada en mi banco,
En el que solíamos charlar,
Tarareando una canción,
En la calle de mi soledad.